Aviadores en Veracruz. ¿Quién protege a Erika Ayala?
Por Bernardo Gutiérrez Parra
La historia viene de lejos, de muy lejos. Quizá desde los tiempos de Antonio M. Quirasco, Ignacio Herrera, Heriberto Jara Corona o de más atrás. Nadie sabe bien a bien qué gobernador mandó llamar a su secretario de Educación para decirle más o menos así: “Señor secretario, pongo a su consideración a Fulanito de Tal para que lo meta en la nómina como maestro, con el sueldo y las prestaciones vigentes hasta hoy. No señor, no es educador, nunca lo ha sido, pero es un buen amigo. Simplemente quiero que le otorgue una plaza para que tenga segura su quincena”.
Y ese individuo fue el primero de los miles de aviadores que han cobrado por años sin trabajar en esa dependencia y que se han multiplicado por miles en las restantes oficinas de gobierno.