El despegue de Interjet, su vertiginoso ascenso y su estrepitosa caída
Por Bernardo Gutiérrez Parra
En septiembre del 2004 faltaban poco más de dos meses para que el gobernador Miguel Alemán Velasco dejara el cargo. En Veracruz se comenzaban a sentir los embates de la delincuencia que, a pesar de causar alarma, no dejaban de ser hechos aislados, nada que ver con lo que se vendría después.
El gobernador se iría dejando una deuda de casi 4 mil millones de pesos que era una molestia para los veracruzanos porque no se veía dónde estaba esa inversión y sobre todo, porque su antecesor Patricio Chirinos, había dejado en ceros tanto la deuda externa como la interna. E incluso dejó en caja un remanente de más de 4 mil millones de pesos para que su sucesor, el propio Alemán Velasco, no pasara sustos ni sofocones.
Pero a finales de ese mes, el día 29, los veracruzanos se desayunaron con la noticia de que el gobierno de don Miguel había solicitado al Congreso del Estado autorización para un crédito por 3 mil 500 millones de pesos.
El asunto es que como había terminado el periodo ordinario de sesiones, se convocó a los legisladores a un periodo extraordinario prácticamente para ya. Y el viernes 1 de octubre dio inicio el periodo extraordinario donde se autorizó el empréstito.
¿Para qué quería el gobierno saliente tamaña cantidad? “Para poder concluir diversas obras públicas productivas…” se leyó en la parte sustantiva del dictamen.
Lo demás es historia.
El 30 de noviembre del 2004 Miguel Alemán entregó la gubernatura a su sucesor Fidel Herrera y el 5 de marzo del 2005 (cuatro meses después) inauguró Interjet, la línea aérea de su propiedad, pero que tuvo como fundador y primer director a su hijo Miguel Alemán Magnani.
De entonces a la fecha no hay veracruzano que no tenga la sensación de que “cooperó”, aunque de manera involuntaria, con 3 mil 500 millones de pesos para la creación de esa línea.
Interjet inició su despegue con tres aviones Airbus A320; en 2006 incorporó cuatro aviones más y tres en 2007, con lo que en un periodo de tres años se hizo de 10 aviones. Pero en 2012 ya tenía una flotilla de 26 aeronaves que en poco tiempo se convirtieron en 85.
Esto le permitió no sólo despegar y elevarse, sino volar muy alto porque llegó a tener más de 300 vuelos diarios a 53 destinos en nueve países: Canadá, Estados Unidos, Guatemala, Costa Rica, Cuba, Colombia, Venezuela, Perú y Ecuador.
En plena euforia, ni Miguel Alemán Velasco ni su hijo Miguel Alemán Magnani sintieron el cascabeleo de la aerolínea y no vieron venir la debacle.
Desde el 2005 hasta noviembre del 2018, el gobierno federal fue flexible con el pago de gravámenes de la aerolínea. De acuerdo con el actual gobierno, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto les condonaron “cientos de millones de pesos” de impuestos. ¿Cuántos? No se dijo, pero la entonces directora del SAT, Raquel Buenrostro, indicó que la deuda con esa dependencia era de 30 mil millones de pesos.
En 2019 Miguel Alemán Velasco fue nombrado por el presidente López Obrador su asesor financiero, pero no le perdonó la deuda, aunque le aconsejó que hablara con la señora Buenrostro.
A nombre de su padre y el suyo propio, Miguel Alemán Magnani trató de negociar con doña Raquel, pero la mujer casi no lo dejó hablar: “O pagas o vas a la cárcel”, le dijo. Y Alemán Magnani voló a París amparado en su doble nacionalidad.
El julio del 2021 un juez federal ordenó su aprehensión, aunque no por el adeudo de 30 mil millones, sino por una presunta defraudación fiscal de poco más de 66 millones de pesos en su calidad de responsable de Interjet, con lo que se convirtió en prófugo de la justicia.
A este problema de suyo grave se agregó otro más grave aún: la adquisición de 22 aviones Sukhoi Superjet 100 de fabricación rusa que nadie quería comprar porque carecían de refacciones. Y quienes supieron de la negociación señalan a Miguel Alemán Magnani como el directamente responsable.
Según un experto en aeronáutica civil, los aviones fueron ofrecidos a un precio más bajo que el precio de mercado y Alemán Magnani creyó que había hecho el negocio de su vida. El experto agregó que para negociar esa multimillonaria compra debió de llevar peritos que lo asesoraran y preguntaran lo básico, como quién surtiría de refacciones a los aviones, pero es evidente que no los llevó.
El mismo año de la compra (2017) dos aviones entraron a los hangares para labores de mantenimiento y ya no volvieron a despegar porque no había refacciones. Lo que se hizo fue “canibalizarlos”, esto es, fueron desmantelados paulatinamente para que sus refacciones sirvieran a otras aeronaves. Pero meses después más de la mitad estaban en tierra.
Y la puntilla fue el Covid. En 2021 aterrizó el último avión de Interjet y ya no despegó.
A los requerimientos del SAT se sumaron denuncias por la cancelación de vuelos y una huelga de trabajadores pilotos, sobrecargos y personal de tierra que exigían el pago de sus salarios. Hubo un intento de inversionistas por revivir al desahuciado, pero nada funcionó.
Lo único que le faltaba a Interjet es que alguien le extendiera el certificado de defunción y el pasado lunes 10 de abril un juez federal declaró en quiebra a la aerolínea y ordenó poner en venta todos sus bienes para cubrir adeudos por 40 mil millones de dólares con sus acreedores, principalmente sus cinco mil trabajadores.
Pero la pesadilla para Miguel Alemán padre e hijo no termina con la quiebra ni con la pérdida de su aerolínea. En marzo del año anterior el Tribunal Federal de Justicia y Administración los condenó a pagar 689.3 millones de pesos por impuestos retenidos y no pagados por Interjet durante los ejercicios fiscales de los años 2018 y 2019, al Servicio de Administración Tributaria.
Es importante apuntar que ambos personajes son hijo y nieto del expresidente Miguel Alemán Valdés que (y hay constancia de ello) llegó millonario a la presidencia de la República y salió convertido en uno de los hombres más ricos del mundo.
Empresario visionario antes de ser presidente, logró amasar una inmensa fortuna en bienes raíces. Fortuna que heredó a su hijo y nieto, pero que en 15 años que duró volando Interjet se esfumó quizá para siempre.